Cómo planificar el futuro financiero de tus hijos

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Los miembros de Uncommon Finance tenemos muchas cosas en común, pero hay una que no nos deja dormir bien por las noches… no, no son los mercados (esos los tenemos controlados) son nuestros pequeños. Llega un momento en la vida en la que tu futuro deja de ser sólo tuyo y aspiras a que llegue mucho más lejos que tú… hasta cuando tú no estés.

En Uncommon Finance es habitual que hablemos sobre el futuro y la planificación financiera de nuestros hijos, tanto que hemos acabado convirtiéndolo en uno de los temas permanentes de nuestro laboratorio.

La planificación financiera de los hijos es algo muy común en el mundo anglosajón, principalmente en Estados Unidos, pero un tema desconocido o incluso tabú en nuestro país. Es importante establecer una serie de objetivos financieros para cuando nuestros hijo/as alcancen la edad adulta y necesiten ese capital. Por ejemplo para financiar los estudios superiores (universidad), vivir en el extranjero una temporada, desarrollar algún tipo de proyecto personal / profesional, tratamientos de salud o cualquier otro motivo que implique un importante desembolso de dinero.

Si existe una planificación financiera con suficiente antelación, se pueden conseguir cantidades importantes de capital sin hacer apenas esfuerzos mes a mes. Cuando hablamos del futuro financiero de nuestros hijos hay que diferenciar dos planteamientos:

  1. Cómo ahorrar e invertir para el futuro financiero de nuestros hijos.
  2. Cómo educar financieramente a nuestros hijos.

A continuación, vamos a ver estos dos aspectos en detalle.

La planificación financiera de nuestros hijos

Ahorrar e invertir para el futuro de nuestros hijos tiene que ver con ir creando una base para que dentro de, al menos 18 años, nuestros hijos tengan la oportunidad de estudiar fuera, de emprender un proyecto o de afrontar algún imprevisto o desgracia.

Cuando compartimos ideas dentro de la propia comunidad de Uncommon, la mayoría tenemos claro que lo ideal es: encontrar un vehículo de inversión a largo plazo sobre el que ir haciendo aportaciones y que no requiera un seguimiento complejo ni excesiva dedicación. Si somos constantes, cuando llegue el momento de hacer uso de ese capital, se habrá incrementado bastante. Y en caso de querer seguir haciéndolo crecer, será una base muy importante sobre la que seguir trabajando.

Llegado este punto, un debate recurrente que se suele abrir es si (i) contratar directamente un fondo de inversión a su nombre o, por otro lado, (ii) gestionar el patrimonio familiar como una única cartera y en un futuro cederles parte de nuestra cartera / fondos a nuestros hijos.

(i) La primera opción consiste en contratar un fondo a nombre del hijo y es el progenitor/es quien gestiona el mismo mientras el hijo sea menor. El principal inconveniente de esta opción es que al llegar a la mayoría de edad el hijo tendrá el control total de la inversión y puede que no tenga la madurez suficiente o el conocimiento para ello.

Por otro lado, las grandes ventajas son (i) al estar el fondo al nombre del hijo desde el inicio, no existe ningún coste fiscal hasta que se retire el patrimonio del fondo y (ii) ese dinero está “a salvo” de las posibles deudas o litigios en los que puedan verse involucrados los padres, ya que es patrimonio exclusivamente del hijo y los progenitores simplemente están gestionando el mismo hasta que el chico/a cumpla los 18 años.

(ii) La segunda opción consiste en que cuando los padres lo estimen oportuno, ceden una parte del patrimonio familiar al hijo/a, que puede ser a los 18 años o simplemente cuando consideren que tienen la madurez suficiente para su gestión. El principal problema de esta opción es el coste fiscal, tanto para los progenitores, como para el hijo.

En cualquier caso, esta es una decisión personal en la que hay que considerar aspectos familiares, emocionales y fiscales. No es sencillo.

La educación financiera de nuestros hijos

La educación financiera de nuestros hijos es otra de las facetas que hay que trabajar desde que son pequeños. Tiene que ver con dotar a nuestros hijos de las herramientas, conocimientos y rutinas necesarias para que puedan entender y desenvolverse financieramente en el mundo que les ha tocado vivir. Un mundo en continuo cambio y en el que tienen que saber lidiar con la incertidumbre.

La educación financiera forma parte de la educación general, no es un tema para comentar un día en la cocina mientras de desayuna. Al igual que una cartera de inversión, necesita consistencia y continuidad. Los comentarios, gestos y dinámicas que introducimos en el día a día forman parte de un todo que acabará dándole a nuestros pequeños esas herramientas y conocimientos que son tan necesarios.

En general para abordar ambos temas deberías hacer 3 cosas:

1. Conviértete en su referente: como en todo, a los niños hay que darles ejemplo, y en esto aún más. El niño va a ir modelando sus conductas y hábitos en base a lo que ve y vive en su casa. Y aquí se abre un tema delicado: muchas veces queremos enseñarles a nuestros hijos a gestionar sus finanzas cuando ni siquiera nosotros mismos tenemos claros muchos conceptos importantes. Aprender a mejorar nuestras finanzas es una manera de enseñar a nuestros hijos.

2. Háblale a tus hijos de finanzas: como en muchos otros temas, con esto de las finanzas nos pensamos que un modelo silencioso es suficiente. Y lo que acabamos consiguiendo es convertir las finanzas en un tema tabú y echarnos todo el peso sobre nuestras espaldas. Hay que hablar de finanzas con todos los miembros de la familia, con nuestros hijos también.

3. Involucra a los niños en las finanzas: desde algo tan sencillo como la diferencia entre un euro y cincuenta céntimos, o la diferencia entre querer y necesitar, hasta las repercusiones de cometer un error financiero. La vida nos da muchas oportunidades para aprender de forma práctica sobre dinero y finanzas. Aprovéchalo y conviértelo en algo interesante y divertido.

Solo hay algo más gratificante que ver crecer a un niño, y es verlo crecer con autonomía e independencia. Si todos aspiramos a crear un futuro para nosotros donde podamos ser libres y estar tranquilos por las noches, lo mismo deberíamos hacer con la educación financiera de nuestros pequeños.

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