La inflación del estilo de vida

La inflación del estilo de vida o lifestyle creep es el fenómeno que se produce cuando a medida que aumentan nuestros ingresos lo hacen al mismo ritmo nuestros gastos. De esta forma, nuestro estilo de vida aumenta y lo que para nosotros antes era un lujo se acaba convirtiendo en una necesidad.

¿A quien no le ha pasado? Nos suben el sueldo y queremos celebrarlo porque nos los merecemos, hemos trabajado duro para ello. Entonces nos permitimos algún capricho como un viaje o “nos venimos arriba” y compramos un coche más caro o nos mudamos a un piso más grande o más céntrico y… sin darnos cuenta hemos caído en la trampa, somos víctimas del lifestyle creep.

Tranquilo, no te preocupes si te has visto en esta situación, es algo común que nos ha pasado a todos. De hecho, este es un tema recurrente en nuestro Programa FIRE de finanzas personales que suele salir cuando estudiamos el bloque de Planificación, que abarca las dos primeras sesiones.

Tenemos que evitar caer en esta inflación de nuestro estilo de vida, pero sin volvernos unos talibanes. Es cierto que a veces es difícil, porque continuamente nos estamos comparando con nuestros pares, con nuestros amigos o compañeros de trabajo: dónde viven, a dónde se van de vacaciones, a qué restaurantes de moda van, etc… Una cifra orientativa que suele funcionar es no gastar más del 50% de nuestro aumento de sueldo o facturación, porque en ese punto podría afectar a nuestro patrimonio futuro, a la cartera de inversión que tenemos diseñada de cara a la jubilación.

Estudiemos un poco más en detalle estas cifras.

¿Cuánto debería ahorrar para no caer en el lifestyle creep?

Aunque de primeras resulte contradictorio, cuanto mayor sea tu tasa de ahorro inicial, mayor porcentaje de tus subidas salariales tendrás que ahorrar. Te lo explico a continuación.

Para esta afirmación, no hemos considerado la pensión pública que podamos percibir en un futuro. De todas maneras, teniendo en cuenta la incertidumbre que existe sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones, es mejor ser conservador y no incluir la pensión en el cálculo, especialmente si eres joven.

Por definición, aquellas personas que ahorran menos, gastan más que otras personas que tienen sus mismos ingresos. Por tanto, cuando estos trabajadores con una tasa de ahorro baja, por ejemplo del 5%, consiguen un aumento salarial y deciden gastar una parte del mismo, afecta en menor medida a su gasto total. Otro trabajador que tiene una tasa de ahorro alta, por ejemplo del 25%, que le aplican la misma subida y decide gastar el mismo porcentaje de la misma le afectará mucho más.

Con cifras se entiende mejor. Si tenemos dos personas que ganan 40.000 euros al año después de impuestos y la primera ahorra el 5% y la segunda 25%, esto quiere decir que la primera gasta al año 38.000 euros (el 95% restante) mientras la segunda sólo gasta 30.000 euros (el 75% restante). Si ambas tienen la misma subida salarial, por ejemplo de 5.000 euros y deciden gastar la mitad de esta subida (2.500 euros), a la persona que más ahorra le afectará con más fuerza porque proporcionalmente su gasto aumentará más. Pasará de gastar 30.000 euros a 32.500 (+8,3%) mientras que la menos ahorradora pasará de 38.000 a 40.500 euros (+6,5%)

¿Y por qué es tan relevante el incremento del gasto anual? Pues porque en ausencia de pensión pública (y por tanto una edad oficial de jubilación) se estima que para jubilarte y mantener el mismo nivel de vida que cuando estás en activo, necesitas tener un patrimonio de 25 veces tu gasto anual. Es decir, el gasto es tu unidad de medida.

Los expertos financieros de los países anglosajones (la vanguardia cuando hablamos de gestión financiera personal) han elaborado la siguiente tabla de cuánto deberías ahorrar de tu incremento salarial en función de tu ahorro actual. Para ello han considerado que el salario se incrementa un 3% anual y han sido conservadores estimando que la rentabilidad real de la cartera será de un 4% anual (descontada la inflación).

Fuente: OfDollarsAndData

Como ves, a medida que la tasa de ahorro inicial es más alta, mayor será el porcentaje de la subida que deberá ahorrar cada uno. Si nuestra tasa de ahorro inicial está entre el 20%-25% (una tasa de ahorro media-alta) se recomienda ahorrar en torno al 50%, lo que implica que podríamos disfrutar (gastar) el restante 50% sin que esto afecte a nuestro cálculos de cara a la jubilación, evitando así el lifestyle creep.

Si quieres profundizar y hacer tus propios cálculos de cara a la jubilación siempre puedes acudir a la Calculadora de Interés Compuesto. Así podrás saber a cuánto ascendería tu “pensión privada” en función de tus ahorros y rentabilidad.

Fotografía (portada) de Ralph (Ravi) Kayden en Unsplash.

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