En la imagen vemos la tremenda divergencia que se da entre el conjunto de energias (MSCI World Energy Index, línea azul) y la energía limpia (NASDAQ Clean Edge Green Energy [CELS], línea morada) desde el principio del ejercicio 2019. Lo de 2020 ha sido brutal, muy en línea con las tecnológicas. Hay otros índices y la divergencia tambien es pronunciada.
El efecto de la pandemia ha sido el contrario al que han tenido las energía fósiles, fundamentalmente el petróleo. Según la International Energy Agency (IEA) la demanda de energía eólica y solar (energías renovables) tendrá aumento interanual y el resto de energías tendrán descensos interanuales. Al menos al cierre de este 2020, aunque los objetivos de sostenibilidad medioambiental y normativas que se van aprobando (por ejemplo en la Unión Europea) van en esta dirección.
El año 2020 parece ser el primer año en el que la energía eólica y la solar representen el 100% del aumento de la demanda mundial de energía (en contraposición con el 34% del aumento de la demanda mundial de energía en 2019, que resultaría asombroso).
En España tenemos el ejemplo de Greenalia Power en el MAB (link a entrevista que hicimos a su directora adjunta).
Los datos sobre la producción de energía limpia actual son mejores que las previsiones hechas por los más optimistas hace unos años, y la incidencia de eventos extremos como el de la pandemia actual lo ha favorecido, hecho que puede marcar la tendencia para esta década en los mercados energéticos. Al menos es sorprendente y significativo.
Todavía tienen muchos desafíos por delante, fundamentalmente el almacenamiento, pero el coste, la regulación y la conciencia colectiva juegan a su favor.
Fuente imagen: Investing.

Jorge Segura es especialista en estrategia financiera y análisis de activos intangibles y financieros. Es director de FIRE el programa de gestión financiera personal de Uncommon Finance. Si quieres seguir todos sus análisis suscríbete al blog y te enviaremos un email los domingos.