Consecuencias del covid-19: ¿”repatriación” de la industria sanitaria?

Durante esta pandemia hemos visto cómo se paralizaba el comercio a nivel mundial. Aunque todavía no hay datos oficiales del impacto en los últimos meses, según estimaciones del Deutsche Bank en marzo el comercio mundial habría caído un 3,2% y estima que no se recuperarán los niveles pre-crisis hasta finales de 2022. Teniendo en cuenta el parón económico que ha supuesto el coronavirus, a nadie le sorprenden estas cifras.

Sin embargo, lo realmente importante es que esta crisis ha puesto de manifiesto (i) la vulnerabilidad de las economías occidentales y (ii) la dependencia que tenemos de China y de los países en vías de desarrollo a los que en las últimas décadas se ha ido deslocalizando gran parte de la producción. Es evidente que el precio no puede ser la única variable a tener en cuenta cuando se baraja la posibilidad de trasladar la producción a terceros países y se abre ahora el debate de si ciertos bienes considerados como esenciales no deberían ser producidos internamente en los países desarrollados.

La primer industria sobre la que se debatirá, como no podía ser de otra manera por las características de la crisis, es de la industria sanitaria. Durante las últimos meses los países europeos hemos estado desabastecidos de material sanitario y el que se ha podido conseguir ha sido a precios desorbitados. ¿Veremos una repatriación de parte de esta industria? Y si lo hacemos, ¿estamos dispuestos a asumir el coste de la producción nacional / europea a cambio de reducir la dependencia de terceros países?

Fuente. Deutsche Bank

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