Cuando surgieron las primeras fintechs los más optimistas estaban seguros que estas empresas iban a “acabar con la banca”. Sin embargo, han pasado los años y ya no pretenden acabar con la banca, sino más bien acabar con la fricción asociada a los servicios financieros.
Estas startups han ido creciendo, llegando incluso algunas a alcanzar un tamaño como el de sus competidores más tradicionales lo que les permite competir con la banca de tú a tú. Es el caso de Ant Financial, Stripe, Funding Circle: Making the Financial World o Robinhood, entre muchas otras.
Las fintech han rebajado sus expectativas o han puesto los pies en la tierra, según se mire. A pesar de que estos nuevos players están sacudiendo la industria financiera, forzando a los incumbentes (banca tradicional) a aplicar la innovación de una manera más ágil, mejorando la experiencia de usuario y reduciendo sus comisiones, su crecimiento es todavía lento.
Les cuesta llegar a una masa crítica de clientes o, en el caso de contar ya con una amplia base de usuarios, ven difícil su monetización.
Durante los últimos meses se han anunciado diferentes acuerdos de colaboración entre banca y fintech, como en el caso de Santander y Raisin, de manera que los clientes del banco puedan acceder a los productos de la fintech y contratar depósitos de otras entidades a través de su marketplace. O la alianza entre Liberbank y October, que facilitará el acceso a la financiación a pequeñas y medianas empresas gracias a la agilidad de la empresa de crowdlending.
Este tipo de acuerdos ayudará las fintechs a escalar su negocio, haciendo crecer de una forma más rápida su base de clientes y sus ingresos.
Los beneficios para las mencionadas startups es evidente, sin embargo la cuestión es:
¿qué ganan los bancos con este tipo de acuerdos?
Los bancos también ganan, sobretodo aquellos con un tamaño más reducido y que no tienen gran músculo financiero. Principalmente, en estos 3 aspectos:
- Ahorro en costes: Este tipo de alianzas permite a los bancos disminuir costes relacionados con el desarrollo de nuevos productos o experiencias, así como los relacionados con los procesos de legacy, ya que las fintech operan de una manera mucho más ágil y emplean la última tecnología. ¿Para qué dedicar recursos a desarrollar un producto que puedo ofrecer a mis clientes gracias a un acuerdo con las fintechs?
- Actualizar su marca: Los incumbentes aprovechan estas colaboraciones para darle un nuevo aire a su marca, gracias a una llegada a mercado más rápida pueden posicionarse de nuevo en ciertos mercados como el público millenial, clientes techies o profesionales autónomos.
- Aumentar los ingresos: Por supuesto no podemos dejar de mencionar el aumento de los ingresos para los bancos gracias a la “cesión” a las fintechs de su base de clientes.
¿Veremos próximamente nuevas colaboraciones en la industria? Seguro que sí, esta es una tendencia que no se puede parar en la que ambas partes salen ganando. ¡La cooperación banca-fintech es ya una realidad!

Consultor financiero independiente y experto en el sector fintech. Tutor de FIRE, el programa de gestión financiera personal de Uncommon Finance que tiene abierta la matrícula para la quinta edición. Si quieres seguir todos los análisis suscríbete al blog y los domingos te enviaremos nuestra newsletter.